Leandro Pena
[B866] Sólo se puede aprender a filosofar, es decir, [solo se puede] ejercer el talento de la razón siguiendo
en ciertos ensayos que están disponibles los principios universales; pero siempre con la salvedad del derecho de la razón,
de examinarlos a ellos mismos en las fuentes de ellos
, y de confirmarlos, o recusarlos.
I. Kant, Crítica de la razón pura
Introducción
El trabajo que presento a continuación bajo el título “La problemática de la formación de los futuros docentes de Filosofía: Complejidad e intolerancia de los conceptos filosóficos” tendrá como eje la pregunta, ¿Cuáles son algunos de los avatares y conflictos que encontramos en la formación de los futuros docentes de Filosofía?; y para ello me basaré en mi experiencia como Profesor en la carrera de Filosofía en algunos Institutos Terciarios de Formación Docente en Capital y en Provincia de Buenos Aires.
En primer lugar haré una breve descripción de los planes de estudios en los profesorados de la Provincia de Buenos Aires mostrando la incidencia que estos tienen en la preparación de los futuros docentes, destacando aportes y desafíos a la problemática de la enseñanza mediante un análisis del espacio específico de la filosofía.
Seguidamente me abocaré a la relación entre necesidad y experiencia del filosofar para la formación docente de los futuros profesores de filosofía. La idea central de este punto es poner de relieve la importancia del saber filosófico desde el encuentro con lo complejo, desligando todo discurso concomitante que pudiera estar superponiéndose a toda posibilidad de acercarnos directamente a aquello que es los mas importante para el saber filosófico: la comprensión de los conceptos que se desprenden de la vida y de las obras de los filósofos; en este sentido trabajaré la diferencia entre una perspectiva y un saber.
El material bibliográfico que utilizaré para la primera parte y para la segunda serán de la Dirección General de Cultura y educación (1999), Formación Docente X Parte de Profesorado para educación Polimodal en Filosofía con Trayecto en formación ética y ciudadana Provincia de Buenos Aires y los Lineamientos para una nueva reforma educativa en el nivel superior.
Para la tercera parte tomaré algunos pasajes de diferentes autores que aunque presentan diferencias en sus pensamientos a mi entender, abren la posibilidad de pensar, la necesidad de la comprensión del concepto filosófico, la complejidad del mismo y la tarea del filosofar. Estos autores y sus respectivos textos serán: M. Heidegger (1992), ¿Qué es eso de Filosofía? Edit. Memphis. Trad. Carpio; de I. Kant (2007), Crítica de la razón pura. Traducción. M. Caimi. Colihue Clásica Primera impresión; los parágrafos B 865 B 866 y B 86 que hablan de la importancia de la investigación de los conceptos filosóficos y la tarea del filósofo y por ùltimo de F. Hegel (1992), Fenomenología del espíritu, Fondo de Cultura Económica. Trad. Wenceslao Roces, sólo la IV parte del prólogo titulado: Lo que se requiere para el estudio filosófico.
1- La filosofía en el diseño del plan de estudios de los profesorados.
Una de los conceptos fundamentales que aparece en los diseños de los planes de estudios de los profesorados de la Provincia de Buenos Aires es el de la competencia. La reforma educativa de los años 90 bajo el paradigma de la eficacia y calidad buscaba “aggiornar” los nuevos planes de estudios dado que los hasta allí vigentes no formaban a los futuros profesores para el ejercicio del rol docente.
Recordemos que por aquella época el papel de las ideas neoliberales en la construcción de sentido se observa en que valores económicos como eficacia, pobreza y satisfacción del consumidor reemplazaban a los valores democráticos como justicia social, ciudadanía y solidaridad[1]. Bajo estos grandes mensajes se diseñaron los planes de estudios de los profesorados. En el caso particular del plan de estudio de Filosofía a partir del año 1999 comenzó a llamarse Profesorado para la educación Polimodal de Filosofía con trayecto en formación ética y ciudadanía. El objetivo fundamental era:
Lograr un egresado dotado de capacidad analítica. Asimismo, mediante el desarrollo de la aptitud interpretativa, se procura lograr la competencia para la comprensión y aceptación de estructuras conceptuales que difieren de las propias. La competencia crítica se vincula a la posibilidad de considerar las pretensiones de validez y aceptarlas o rechazarlas sobre la base de argumentaciones sólidas. Todas estas competencias deben confluir para la consolidación de la competencia teórica del futuro docente[2].
El diseño del plan de estudios de Filosofía continúa señalando los ejes fundamentales del plan de estudios resaltando, la importancia de los procedimientos de un razonamiento, la evolución del pensamiento con el transcurso de los años, el conocimiento de las disciplinas filosóficas y la necesidad de aprender idiomas para acceder a textos filosóficos en lengua extranjera o clásica[3]. Observamos que en ningún momento habla de la necesidad de la lectura ni de la interpretación de los textos filosóficos, aunque en algunos programas hacen mínimas referencias.
El diseños de las materias por año comienza con dos materias filosóficas en primer año (se excluye introducción a la filosofía), en segundo año son tres materias y en tercero y en cuarto aumentan considerablemente la cantidad de materias especificas. El resto del programa se compone de forma decreciente con materias pedagógicas con el nombre de Perspectiva Pedagógica Didáctica, Perspectiva Pedagógico Didáctica y Filosófica y se completa el programa con distintas tipos de psicologías. Además hay dos años de latín en primero y segundo y una materia de orientación filosófica.
En este marco algunos docentes sustituyen los contenidos de las llamadas perspectivas con saberes de materias que no se encuentran en el diseño del plan de estudios como son los casos de Filosofía de la Naturaleza y Filosofía de la Educación y la ya mencionada introducción a la filosofía.
Las materias denominadas perspectivas ocupan hasta el tercer año un promedio mayor que las materias propiamente filosóficas que aparecen en mayor plenitud en cuarto año. También en el diseño aparecen los denominados Espacios didácticos Institucionales.
Como vemos en los primeros años hay un mayor hincapié en brindar herramientas a los alumnos para que puedan enseñar; no obstante ello parece oportuno dado que se avecinan cambios sobre estos planes de estudios en la provincia de Buenos Aires poder exponer algunas ideas de distintos autores que nos hablan de la complejidad de la Filosofía pero a la vez de la necesidad de encontrar un camino que nos oriente hacia ella sin menospreciar todo aquello que puede ayudar a la experiencia filosófica..
2. El Filosofar en el dialogo con los autores.
M. Heidegger se dedica en la pequeña obra ¿Qué es eso de filosofía? a analizar de qué hablamos cuando hablamos de filosofía. El seguimiento que hace este autor nos introduce a la complejidad de la filosofía desde la filosofía misma por eso dice que con la pregunta, ¿Qué es eso de Filosofía? tocamos un tema muy amplio y porque el tema es amplio, queda indeterminado[4]. La filosofía no se presenta como algo acabado ni como algo que se puede determinar sencillamente y por lo tanto es necesario encontrar un camino que nos permita plantear la pregunta y ese camino es el filosofar[5].
Este camino es interno y propio de la filosofía que no nos permite escapar de ella y que nos pone en relación con nuestro propio ser, lo que preguntamos cuando preguntamos por la Filosofía nos abre una conversación con la misma filosofía.
Así todo advierte Heidegger, que:
Con hermosos sentimientos se hace mala literatura. Esta frase de André Gide no vale sólo para literatura; vale todavía mas para la filosofía. Los sentimientos no pertenecen a la filosofía; ni siquiera los mas bellos.[6]
La filosofía no se hace con las palabras poéticas y por eso Heidegger nos ofrece mirada mas profunda sobre el origen mismo de la filosofía, nos abre el camino para cuestionarnos permanentemente. La filosofía en su mismo camino se vuelve filosofante[7]; ella se dice a sí misma.
En este punto Heidegger parecería trazar una idea acabada de lo que se requiere para hacer filosofía mostrando que no se trata de leer mucho y buscar los mejores metodologías de enseñanzas (vemos muchas veces una variedad multifacética de actividades para la comprensión, desde afiches, flechas, cuadros y recursos como diagramas y actividades diversas) sino en encontrarse con el autor y su obra emprendiendo la conversación con el mismo.
En este sentido todo discurso explicativo de enseñanza a través de un sin fin de didácticas queda desdibujado no porque de la filosofía no se pueda decir nada sino porque todo decir es desde ella misma y discutiendo punto por punto con el autor y su obra[8].
3- [B 865] “Se puede solamente, cuando mucho, aprender a filosofar”
Promediando el tercer capítulo del Canon, parte de la Crítica de la razón pura que comienza a enlazar ideas que serán argumento para las ideas prácticas que posteriormente desarrollará en sus sistema, I. Kant comienza a desentrañar la cuestión sobre lo que se puede aprender en filosofía distinguiendo entre el aprendizaje matemático y el filosófico. Sobre este último hace una distinción en la cual me voy a detener.
Kant considera que todo conocimiento racional o es por conceptos o es por construcción de conceptos [B 865][9]. El primero pertenece al conocimiento filosófico y el segundo al matemático, no obstante ello distingue dos modos del conocimiento filosófico, uno denominado histórico y el otro denominado racional. El primero tiende más bien a imitar o reproducir pero no implica la facultad de producir [10] y por lo tanto no ha surgido de principios universales de la razón. Para la razón el espacio; el tiempo y las categorías son instrumentos por las cuales el sujeto explora el mundo de los objetos cuyas impresiones se amoldan a estos instrumentos; estas impresiones deben ser ordenadas y jerarquizadas de manera que conocer no es solo mera recepción sino también elaboración. En este sentido mediante el uso de la razón se puede, solamente cuando mucho, aprender a filosofar [B 865][11].
Ahora bien ¿Que significa filosofar? Dice Kant que la filosofía se presenta como el sistema de todo conocimiento filosófico B 866[12]. En este sentido el sistema se presenta como un edificio cambiante[13], la filosofía como sistema muestra su diversidad y por lo tanto queda vedada toda posibilidad de aprenderla ¿Donde está el que la posee, y quien la puede reconocer[14]? se pregunta Kant.
No es el camino para la filosofía el camino de la repetición o de la copia de un modelo sino que:
[B866] sólo se puede aprender a filosofar, es decir, [solo se puede] ejercer el talento de la razón siguiendo en ciertos ensayos que están disponibles los principios universales; pero siempre con la salvedad del derecho de la razón, de examinarlos a ellos mismos en las fuentes de ellos, y de confirmarlos, o recusarlos[15].
El mismo Kant nos vuelve- al igual que en Heidegger pero en otro sentido- a proponer un camino para el encuentro con la filosofía donde no podemos aprender nada más que históricamente sin embargo eso no es propio de la razón sino que lo propio de ella es aprender a filosofar, en diálogo con las obras filosóficas.
4- El tiempo del saber y el misterio en la obra filosófica.
Al finalizar el prólogo a la Fenomenología del Espíritu Hegel nos introduce a pensar la filosofía desde la libertad interior de la autoconciencia guardando cautela en lo que respecta al movimiento interno del concepto e insiste en que la razón debe ser libre para no inmiscuirse en el ritmo inmanente de los conceptos , no intervenir en él de un modo arbitrario y por medio de una sabiduría adquirida de otro modo, esta abstención constituye de por sí un momento esencial de la concentración de la atención del concepto [16]
Es necesario pues abstenerse de toda intervención sobre los conceptos para que estos se desplieguen libremente en el pensamiento. Esta negación de toda aprehensión es lo que nos permite alcanzar la sabiduría. De este modo la acción reflexionante sufre las determinaciones del objeto como un contragolpe produciendo las propias y múltiples determinaciones en el movimiento interno del pensamiento. Y es así como el pensamiento en vez de pensar en el tránsito del sujeto al predicado, se siente al perderse el sujeto más bien entorpecido y repelido hacia el pensamiento del sujeto[17].
La filosofía tiene que ver, entonces, con la experiencia que hace la conciencia para alcanzar el saber, no sin complejidades advierte Hegel, de los malos modos en que se propone la filosofía y dice:
Lo mismo ocurre ahora con la filosofar natural, que se reputa demasiada bueno para el concepto y que mediante la esencia de este se considera como pensamiento intuitivo y poético (…) y lleva al mercado las arbitrarias combinaciones de una imaginación que no ha hecho mas que desorganizarse al pasar por el pensamiento, productos que no son ni carne ni pescado, ni poesía ni filosofía.
De este modo la filosofía es poco valorada y reconocida cuando no se ha desarrollado la experiencia del saber sino que esta se desecha cuando se intenta cuando se busca hacer filosofía con discursos concomitantes o con aquellos que consideran que en la filosofía no hace falta volver a razonar sobre verdades establecidas. En este sentido Hegel sostiene que es necesario que la filosofía se convierta en una actividad seria[18].
La filosofía requiere en todo caso de la vida interior de la conciencia allí la verdad madura y el concepto hace su labor y por tanto la filosofía se vuelve un camino interior propio en el pensamiento.
No obstante hasta aquí Hegel afirma que para el saber filosófico no hay tiempos establecidos dado que lo verdadero tiene por naturaleza abrirse paso al llegar su tiempo y que solo aparece cuando este llega[19], de este modo el tiempo del saber se constituye a su modo y no por la injerencia necesaria de un portavoz, reflejando con ello que la obra filosófica se presenta por un lado misteriosa dado que la obra filosófica aparece en un tiempo filosófico que es el de la madurez del concepto y por otro lado muestra la necesidad de respetar los tiempos del saber filosófico sin olvidar que:
el individuo como ya de suyo lo exige la naturaleza misma de la ciencia, debe olvidarse tanto mas y llegar a ser lo que puede y hace lo que sea posible, pero a cambio de ello, debe exigirse tanto menos de él, cuanto que él mismo no puede esperar mucho de sí y reclamarlo[20].
La filosofía se nos presenta en este último apartado del prólogo como un saber complejo en donde la conciencia realiza un camino interno para alcanzar el saber, el cual tiene un tiempo propio el de la madurez del pensar en especial frente a la obra filosófica y que todo discurso precoz o explicativo puede ocultar su sentido verdadero, el que la obra filosófica quiere mostrar.
Conclusiones
He tomado varios fragmentos de autores diversos y complejos, sin embargo en algo coinciden: en volver al diálogo con los autores desde su obras (filosofar), y que debemos ser cautos a la hora de abordarla. La obra filosófica merece una atención importante y no hay otro camino que no sea el filosofar, de lo contrario podemos convertirnos o en poetas, o en portavoces pero no pensadores de ideas filosóficas.
Se avecinan nuevos tiempos en la Educación Superior de la provincia de Buenos Aires, en uno de los últimos documentos de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires (2007) propone revisar los planes de estudios introduciendo el concepto de una dimensión ético- político de la praxis docente[21]. Tal vez sea oportuno el replanteo de ideas de la década de los noventa donde la pedagogía y la sociología aparecieron como aquellas disciplinas que daban una perspectiva entendiendo. Perspectiva viene del latín que puede significar el arte que enseña el modo de representar en una superficie los objetos, en la forma y disposición con que aparecen a la vista o apariencia o representación engañosa y falaz de las cosas[22].
Tal vez sea el momento de retomar el sentido de una filosofía de la educación que nos permita repensar tal vez oyendo a los autores mismos de la filosofía lo que ellos han considerado indispensable para el estudio de la filosófico y establecer un diseño que permita: la lectura de textos de filósofos (que poco se lee sino es en fotocopias sueltas) mediante la interpretación de los textos, como asignatura; componer la currícula de los años sin omitir materias como introducción a la filosofía, filosofía de la naturaleza, filosofía de la educación dándole la entidad necesaria a los espacios filosóficos, disminuyendo materias reiterativas no en el nombre pero si a la hora de la práctica. Olvidar las viejas recetas de la competencia de los años 90 para poder darle un marco a la currícula del plan de estudios mas saberes filosóficos que perspectivas, dado que la complejidad filosófica se vuelve intolerante cuando se la quiere abordar desde otros caminos que no sea el filosofar.
Bibliografía.
Kant (2007), Crítica de la razón pura. Traducción. M. Caimi. Buenos Aires. Colihue Clásica Primera impresión.
G.W.F Hegel, (1992) Fenomenología del Espíritu. Argentina. Fondo de Cultura Económica.1°era. Reimp.
M. Heidegger (1992) ¿Que es eso de Filosofía? Trad. Adolfo Carpio. Argentina. Editorial Memphis.
M. Pini (2008) La escuela pública que nos dejaron los noventa. Buenos Aires. Colección Educación. Unsam Edita. Buenos Aires.
Dirección General de Cultura y educación (1999), Formación Docente X Parte de Profesorado para educación Polimodal en Filosofía con Trayecto en formación ética y ciudadana. Provincia de Buenos Aires Décima Parte.
[1] M. Pini (2008) La escuela pública que nos dejaron los noventa. Buenos Aires. Colección Educación. Unsam Edita. Buenos Aires. Pág. 21
[2] Dirección General de Cultura y educación (1999), Formación Docente X Parte de Profesorado para educación Polimodal en Filosofía con Trayecto en formación ética y ciudadana .Provincia de Buenos Aires Décima Parte. Pág.3
[3] Ibidem
[4] M. Heidegger (1992) ¿Que es eso de Filosofía? Tr Adolfo Carpio. Argentina. Editorial Memphis. Pág. 10
[5] Ídem. Pág. 11
[6] Ibidem.
[7] Ídem. Pág. 40.
[8] Cfr.Ibidem
[9] I. Kant (2007), Crítica de la razón pura. Traducción. M. Caimi. Buenos Aires. Colihue Clásica Primera impresión. Pág. 848
[10] Ibidem.
[11] Ídem. Pág. 849
[12] Ibidem.
[13] Ibidem.
[14] Ibidem.
[15] Ibidem.
[16] G.W.F Hegel, (1992) Fenomenología del Espíritu. Argentina. Fondo de Cultura Económica.1°era. Reimp. Pág. 39
[17] ídem. Pág. 42
[18] Idem. Pág. 44
[19] Idem. Pág. 47
[20] Ídem Pág. 48
[21] Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires (2007), Campo de la Fundamentación. Pág. 113
[22] Diccionario de la Real Academia Española . Pág. 1124
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